LAS TRES REJAS
El Joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de éste y
le dijo:
Maestro, un amigo suyo estuvo hablando de usted con malevolencia.
¡Espera! - lo interrumpió el filósofo -
¿Ya hiciste
pasar por las tres rejas lo que vas contarme?
¿Las tres rejas?
Si. La primera es la reja de la verdad. ¿Estás
seguro de que lo que quiere decirme es absolutamente cierto?
No. Lo oí comentar a unos vecinos.
Entonces, al menos lo
habrás hecho pasar por la segunda
reja, que es la bondad.
Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
No, en realidad no. Al contrario…
¡Vaya! La última reja es la necesidad.
¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
A decir verdad, NO.
Entonces, dijo el
sabio sonriendo, SI NO ES VERDADERO,
NI BUENO,
NI NECESARIO,
sepultémoslo en el olvido.
ENSEÑANZA.
Es
necesario que sometamos a estas tres rejas, todo lo que decimos. Nos evitaremos
malos ratos, problemas innecesarios y sobre todo, tendremos paz en el corazón y
en la mente por no participar en comentarios o conversaciones que muy
posiblemente son chismes, calumnias y que a nadie edifican.
Sin
leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
Proverbios 26: 20
Señor, pon guarda a mi boca; vigila la puerta
de mis labios. Salmos 141: 3
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